Sobre el autor

Después de unos inicios deportivos donde el fútbol primaba sobre cualquier cosa (era hasta bueno en eso del regate...) me adentré en el mundo del golf casi a la fuerza. Un cambio de domicilio, a una zona residencial nueva, donde la única opción era el campo de golf de Bellavista (Huelva), empujaron a este futbolista a probar suerte con el palo y la bola.

Tras superar el primer trauma, donde pensaba que no era realmente un deporte (no se corría, no había contacto físico, ...), le dí a la primera bola que voló 80 metros. Esa sensación de ver como algo surcaba el cielo, impulsado por mi proyecto de swing, disipó mis dudas acerca del futuro de mi relación con el golf. Eso me gustaba. Fué dicho y hecho, me pasé todo el verano, de 9 de la mañana a 10 de la noche, alternando drivers, hierros, piscina, descanso en la sombra y vuelta a los greens, durante 3 largos meses.Ya estaba totalmente envenenado.

De ahí pase a competir contra los chavales que llevaban toda la vida y que decían que yo había llegado tarde... craso error... duraron dos años.

Empecé a ser seleccionado por la Federación Andaluza (todo un hito para alguien de Huelva ya que estabamos apartados del mundo) y empecé a crecer como jugador sin mucha ayuda técnica, de ahí que mi swing es más efectivo que bonito, y empecé a codearme con un grupo de jugadores que hoy por hoy son (o han sido) profesionales de golf. Unos han llegado al circuito, otros son grandes profesores, otros, simplemente profesores y hay un arbitro del Tour, y algún empresario exitoso (aunque cuando ve un espejo, no duda en mirar como hace el backswing, ¿verdad, JR?). Pero en un 80 % están vinculados al golf de una manera u otra.

Cumpliendo 18 años, y a pesar de que en el ranking andaluz estaba entre el 7 y el 8, conseguí mi mayor logro individual, que fue ganar el Campeonato Junior de Andalucia a mis compañeros que realmente eran mejores que yo, pero, ya se sabe que en el deporte, dos más dos, no siempre son 4. Simplemente, en ese torneo fui el mejor de todos, y guardo vivo el recuerdo (y la alegria de mis buenos amigos y compañeros) de poder tener ese trofeo en casa.

Un año más tarde, y siendo consciente de que la competición me agobiaba más de la cuenta fui alternando mi labor de jugador con la de directivo de la Federación, ayudando al capitán de la selección, en los torneos más importante que teníamos, que eran los Campeonatos de España, tanto individual como por equipos. Fueron las mejores semanas de nuestras vidas.

Conseguimos hacer un grupo de jugadores, que dentro de la lógica competitividad, hacían una piña los días del torneo por equipo y de ahí que en 7 años ganamos 5 títulos de España...

Pero como uno va creciendo, y los estudios eran cada vez más exigentes, y uno, para bien o para mal, es responsable, empecé a darle más horas al estudio que al golf, aun sin abandonarlo del todo. Empecé Geografia e Historia (vi en un año que no había mucha salida laboral), cambié a Derecho, y cuando estaba en el segundo año, y los pensamientos del grip, el backswing, etc, se entremezclaban con el Derecho romano y el usufructo, decidí que tenía que trabajar en lo que realmente me apasionaba... el golf. ¿Donde?, ni idea... pero en el mundillo del golf.

Cambié de estudios, hice turismo y pensaba complementarlo con un curso de greenkeeper al terminar, pero, la vida me tenía preparado un camino sorpresivo... De mis contactos con los directores de los campos de golf, por mis andanzas con la Federación Andaluza, surgió una posibilidad de trabajo, que al principio me lo tomé como algo divertido, pero que me ha tenido 20 años entretenido, que era representar marcas de golf, y en concreto, a Titleist, Footjoy y Cobra.

Estas marcas, además de permitirme ganarme bien la vida estos años, me dieron acceso a los entresijos de todos los campos de golf (al principio de España) y luego especializado en Andalucia, donde he visto las evoluciones, aperturas, algún cierre, ..., de todos los campos de golf de esta tierra. Además, y muy valioso para mi, me ha permitido estar en grandes torneos a nivel Europeo y mundial, pudiendo tener acceso directo a los tees de práctica, profesores y grandes jugadores durante muchos años. Como mi pasión oculta ha sido siempre la enseñanza, aspecto que sorprenderá a muchos de mis conocidos en el mundo del golf que desconocen esta faceta mia, he aprovechado estas oportunidades y, como los búhos, me he fijado y guardado todos los conocimientos que he podido durante estos años.

He podido vivir una Ryder desde dentro (Valderrama 1997), brujulear en multitud de torneos del Tour jugados en España los días previos al Torneo, momento donde los jugadores están más relajados y son más asequibles.

Me precio de conocer prácticamente a todos los jugadores españoles del Tour de estos años y a bastantes europeos. He podido departir y preguntarle detalles particulares del juego a muchos de ellos, y curiosamente, cuantas más opiniones tenía, más teorías del golf distintas me encontraba.

Con todo este caudal de información acerca de la técnica de golf, unida a la información que tengo del material de golf (por mi trabajo principal), me lancé a montar el que era mi sueño de jubilación y que la crisis del mercado ha adelantado en el tiempo:

"LA ACADEMIA DE GOLF TPC (Tour Performance Center)" de Alejandro Allepuz

En esta academia se irán implementando las nuevas tecnologías de enseñanza, junto a una filosofia de golf sencilla y clara: nuestros alumnos deben aprender a jugar al golf, en el amplio sentido de la palabra y no sólo a tener un swing bonito.

La enseñanza se dividirá en:

- Swing general.

- Estrategia en el campo, con su creación de rutina de diseño de golpe.

- Estrategia mental, con su creación de rutina de golpeo y controles emocionales.

- Desarrollo de habilidades y fortalecimiento del juego corto.

- Chequeo de material con fitting especializado. El jugador debe tener un material acorde a la velocidad de su swing.

- Preparación física. Basado en los ejercicios de Fitness del famoso TPI (Titleist Performance Institute).